Y Jesús entró en «su Jerusalén Alhaurina», y lo hizo humilde y dulce, pero grande en su divinidad y en nuestros corazones, Dios hecho hombre recibido por una multitud que deseaba verle.
Domingo 17 de abril de 2011, Domingo de Ramos en Alhaurín de la Torre.
A las 11 de la mañana, puntual, salía desde la finca El Portón la Cruz guía cortejada por sus preceptivos faroles y nazarenos, detrás la «acorazada pollinica», varias decenas de bebés que en sus carritos y con el siempre esmerado cuidado de sus madres, en formación y vestidos de hebreos, aunque aún con chupete, abren el maravilloso cortejo procesional de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Paz y el Amor, en su entrada en Jerusalén, y María Santísima de la Esperanza, denominada Pollinica. Tras ellos cientos de niños y niñas, también vestidos de hebreos, acompañan al Señor entre un fabuloso y espectacular mar de palmas que empiezan a vestir las calles de Alhaurín de un precioso color oro.
Mañana soleada, aunque fresca, ideal para procesionar la talla de Martín Simón de 1939 portada por 75 hombres de trono a los que se dirigió el pregonero de 2008, Manuel Molina Gálvez, que dió los primeros toques de campana al trono diciéndoles «sois las pisadas de Cristo», antes, fueron presentados al Señor dos bebés, ya hermanos de la cofradía, aunque no son los mas jóvenes, pues hay uno, Iván Castillo Soria, que aún no ha nacido y ya es el hermano 516 de la cofradía. Ya en la calle varios vecinos del barrio de la Alegría le regalaron un centro floral e Isabel Moreno Rubia recitó una poesía.
La Agrupación Musical de Monda, conocidos como los «Regulares de Monda» abrían musicalmente el «otro» cortejo procesional tras los niños de hebreo. Como cada año, el guión, obra de Joaquín Salcedo (2007) era acompañado por las mazas que este año estrenaba la cofradía. Le seguían el Libro de Reglas y la sección de nazarenos de la futura Virgen de la Esperanza que este año y escoltada, como corresponde, por dos mazas, exhibían la medalla de la Ciudad tras el nombramiento de la cofradía como Hija Predilecta de Alhaurín de la Torre junto al habitual y cada vez mas numeroso cuerpo de nazarenos del Cristo.
Otra novedad era el acompañamiento de la representación de la Academia de Bellas Artes «Ruiz Juan», nombrada Hermana Mayor Honoraria de la cofradía, encabezada por el propio maestro, su hija y Andrés Tristán Petiñez, que además ha sido el autor del cartel anunciador de este año tambien junto a su hija y que pasa a engrosar la representación de Hermanos Mayores Honorarios junto a la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Alhaurín de la Torre también presentes.
Numerosa representación de la Corporación Municipal junto a los denominados Poderes del Estado, autoridades civiles (Juez de Paz, Jefe de la Policía Local) y militares (Guardia Civil) cuya representación cayó en nuestro hermano Diego Marín, Sub Teniente del Benemérito Cuerpo a los que acompañaba el Teniente Hermano Mayor de la cofradía, Francisco Pérez Peral. También asistieron a la procesión miembros de la asociación cultural Puente del Rey y Jesús Caído además de los representantes de la Junta de Gobierno y los hermanos mayores de las cofradías hermanas de la localidad Dolores Luque (moraos) y José Antonio Haro (verdes) que junto al Alcalde de la Villa, D. Joaquín Villanova Rueda, acompañaban en la presidencia a nuestro Hermano Mayor, José Manuel López. Del mismo modo, los recién nombrados Mayordomos de Honor del Sagrado Titular, Regimiento Suizo Reding 3 de la asociación cultural «Teodoro Reding», como cada año desde 2008, escoltaban el trono del Señor Pollinico con la marcialidad y solemnidad que les caracteriza por el recorrido oficial.
Detrás del trono, la Banda Municipal de Música, dirigida por Raúl Rubia marcando el paso del mismo con hermosas piezas musicales, en especial «Pescador de Hombres», himno oficioso de las cofradías de la «Entrada en Jerusalén» seguidos por numerosas personas que acompañaban al Señor de la Paz y el Amor en penitencia.
La jefatura de procesión recayó este año en la figura de Agustín Soler, quien era perfectamente asistido por José García y Santiago Gutiérrez ante la ausencia de Juan Ignacio Castillo, que prefirió no participar como tal ante el inminente nacimiento de su hijo, Iván. Una procesión que salvo por el magnífico «desorden» de los pequeños hebreos, presentaba un orden protocolario exquisito y una solemnidad de mucha solera.
En torno a las 3 de la tarde se producía el encierro entre vítores y aplausos con el acompañamiento musical de las dos bandas participantes en el cortejo. Una vez dentro en el templo, abrazos, felicitaciones y lágrimas de felicidad entre los hermanos y hermanas de la Cofradía por la satisfación de haber realizado un perfecto trabajo llevado a cabo durante todo el año con el premio, merecido, de haber realizado una estación de penitencia brillante.
Una vez mas nuestra Cofradía ha celebrado su día grande, el Domingo de Ramos, que en Alhaurín de la Torre tiene por derecho un protagonista indiscutible: Nuestro Padre Jesús de la Paz y el Amor.