Los alhaurinos acompañan la llegada del Pescador de Hombres y María Santísima de la Esperanza por las calles de Alhaurín de la Torre, que acortó su recorrido por la lluvia
La lluvia ha dado poca tregua a los cofrades de la Pollinica de Alhaurín de la Torre, que con puntualidad dieron comienzo a la procesión de sus titulares, Nuestro Padre Jesús de la Paz y el Amor y María Santísima de la Esperanza.
Una vez más la finca El Portón ha acogido la salida procesional de la Cofradía de Pollinica de Alhaurín de la Torre, al que acompañan los niños y niñas del municipio con los particulares hábitos de hebreos.
Antes, en los prolegómenos, un emotivo acto de homenaje al recientemente fallecido y hermano de la cofradía, Antonio Romero Hornedo, al que le depositaron un centro de flores bajo la placa que lleva su nombre donde se encontraban presentes sus hijos y yernos José García Martín, secretario de la cofradía, y Joaquín Villanova Rueda, alcalde de Alhaurín de la Torre y posteriormente, como ya viene siendo habitual, el ofrecimiento a Jesús de la Paz y el Amor de los recién nacidos en este último año. Un emocionado Pepe García, ha sido el designado para dar el primer toque de honor.
El cortejo, formado por una amplia representación de los concejales del equipo de gobierno (PP), a excepción de una feliz ausencia, -nuestra felicitación Reme Cueto por tu feliz alumbramiento-, representantes de PSOE y UPyD, y autoridades civiles y militares, estaba presidida por el alcalde de la villa, Joaquín Villanova y los Hermanos Mayores de Moraos y Verdes, acogidos por José Manuel López, Hermano Mayor de Pollinica.
El elegante acompañamiento musical, compuesto por la Banda de CCTT de la Virgen de Lágrimas de Campillos, Agrupación Musical Virgen de las Angustias de Cabra y la Banda Municipal de Música de Alhaurín de la Torre, acompañó a los penitentes por el transcurrir de la calle Juan Carlos I, en la que se pudo escuchar la poesía de Isabel Moreno. En el transitar, los hombres de tronos bailaron a los titulares con el nuevo paso de trono, bautizado con el nombre de «paso pollinico», escoltado por los granaderos de la Asociación Teodoro Reding con los uniformes de comienzos del siglo XIX